DEGENERACIÓN FRONTOTEMPORAL

Autores:Rafael Blasco Olcina y Miguel Baquero Toledo

Unidad de Demencias y Neuropsicología, Servicio de Neurología, Hospital Universitari La Fe, Avenida Campanar, 21, 46009 Valencia.

e-mail: med001977@nacom.es


GENERALIDADES

            La degeneración frontotemporal se corresponde con un síndrome caracterizado por una degeneración o atrofia cortical selectiva de los lóbulos frontales y de la parte anterior de los lóbulos temporales, causados por procesos neurodegenerativos.  La demencia tipo frontal no es el mismo concepto, ya que no incluye una etiología limitada únicamente a las demencias corticales degenerativas, y puede ser debida bien a otras demencias degenerativas subcorticales (enfermedad de Huntington, enfermedad de Parkinson, parálisis supranuclear progresiva...) bien a otras demencias secundarias (hidrocefalia, demencia vascular, infecciosa...). Estas entidades degenerativas subcorticales y secundarias que causan demencia no entran en la definición de degeneración frontotemporal (DFT), específica de degeneración cortical.

            Epidemiológicamente la importancia de la DFT es más que notable, estimándose que constituye aproximadamente el 15% del total de demencias degenerativas primarias (1,2).

            Se reconocen una serie de variantes de DFT. Hay diversos criterios por los que realizar las diversas diferenciaciones, tanto en base a sus distintas manifestaciones clínicas, como por los hallazgos de la anatomía patológica o también por la topografía de las lesiones. Las variantes clínicas resultan como consecuencia de la inicial distribución de las lesiones, más que de la propia naturaleza de las mismas. La topografía lesional puede ser circunscrita lobar o también bilateral, aunque comúnmente asimétrica. La afectación de distintas estructuras anatómicas, y subsiguientemente su correspondiente implicación funcional, motivan la apariencia de distintos cuadros clínicos. En algunas ocasiones esta afectación puede manifestarse como defectos aislados o selectivos de ciertas funciones corticales, dando lugar a lo que se ha llamado degeneraciones focales. En estos déficits selectivos la clínica se limita a un déficit de una función cortical durante un tiempo prolongado, cifrado generalmente y por consenso, en un periodo mayor de dos años. En estos casos, la topografía lesional inicial condiciona su clínica inicial. Posteriormente, la evolución vendría determinada por un lado, por el incremento de las lesiones iniciales que en general se relaciona con la progresión del déficit clínico aislado inicial y por otra parte, por la posibilidad de progresar la afectación a estructuras anatómicas vecinas, con la aparición clínica consiguiente de la generalización de la afectación a diversas funciones.

            Existen variedades de síndrome frontotemporal que no serían entidades diferentes sino la manifestación clínica de la difusión topográfica distinta de los mismos procesos histológicos,  que no son únicos ya que histológicamente la DFT también es muy variable. En ausencia de  una clasificación unitaria que utilice a la vez los criterios clínicos y los histológicos (3), ha existido una cierta confusión terminológica, hablándose así de la demencia frontal, la demencia frontal con enfermedad de motoneurona, la disfasia progresiva primaria, la enfermedad de Pick o la degeneración corticobasal. Algunas variantes merecen un comentario expreso.

VARIANTES DESTACABLES

            La disfasia progresiva primaria es una entidad clínica que se refiere a un trastorno aislado del lenguaje progresivo y primario y que puede dividirse en dos subtipos, que además se pueden correlacionar con los predominios topográficos afectos. El subtipo afasia progresiva primaria es una afasia no fluente progresiva primaria (4), cuya topografía lesional correspondiente es la de mayor afectación perisilviana de hemisferio dominante. Los hallazgos clínicos son una anomia, menor fluencia verbal, con comprensión conservada; en el marco de los tests neuropsicológicos específicos, cabe destacar un menor rendimiento en el FAS que en el set test.

El subtipo demencia semántica (5,6), por su parte, tiene una topografía lesional correspondiente en la afectación de predominio en lóbulos temporales. Clínicamente se constata anomia severa, secundaria a un mecanismo de afasia amnésica; en este caso hay dificultades para la comprensión hablada y escrita. La fluencia está alterada pero comparativamente mejor conservada. Existe un empobrecimiento general del conocimiento semántico.Por otra parte, la DFT con enfermedad de motoneurona (7), es semejante a una enfermedad de neurona motora (atrofia espinal o bien esclerosis lateral amiotrófica), de evolución rápida, asociada por lo demás simultáneamenta a una degeneración frontotemporal.

Existen también formas familiares de la DFT, aunque de modo típico la DFT tiene una presentación presenil y esporádica. En alrededor de la mitad de los casos de DFT existen antecedentes de demencia en algún familiar de primer grado. Cuando existe un patrón hereditario, el patrón de transmisión generalmente es autosómico dominante. En varias familias con este patrón y  con manifestación clínica que combinaba la DFT con parkinsonismo de predominio rígido acinético se identificó una alteración del cromosoma 17, concretamente en 17q21.22 (DFTP-17). En la anatomía patológica de estos casos se encuentran algunas neuronas afectadas contienen inclusiones tau positivas. Existen además diferencias intrafamiliares; existen familias en que no todos los miembros afectados mostraron las mismas manifestaciones histológicas y clínicas, expresando una heterogeneidad en la DFTP-17. Existen otras familias con ligamiento positivo al cromosoma 17 y una cierta variabilidad clínica, lo que ha provocado un buen número de denominaciones distintas (degeneración pálido ponto nígrica, conducta esquizofrenia-like, demencia desinhibitoria disfásica hereditaria), variedad de entidades que se pueden denominar globalmente DFT y parkinsonismo, que serían todas parte de la DFTP-17(8).También hay descrita la enfermedad de Pick parietal, en base a casos con apariencia clínica semejante a la degeneración corticobasal, de la que clínicamente resultan indistinguibles, pero con una histología típica de la enfermedad de Pick que más adelante referiremos, y sólo identificables con el análisis anatomopatológico.

HISTORIA DE LA DEMENCIA FRONTOTEMPORAL: DE LA ATROFIA DE PICK A LAS TAUOPATÍAS.

            Pick fue el primer autor que describó un síndrome focal: alteración del carácter y o del lenguaje, y su relación con una atrofia cerebral selectiva, macroscópica, que en este caso es frontal. Alzheimer describió los rasgos histológicos típicos de la atrofia de Pick: cuerpos de Pick y células de Pick. Onari instituye el nombre de enfermedad de Pick a la asociación clínica de Pick y la descripción de la anatomía patológica de Alzheimer(9).

            A pesar de publicaciones aisladas, es olvidada y renace sobre los años 1970, influyendo muy probablemente en este nuevo reconocimiento su frecuencia es relativamente elevada a edades preseniles. Impulsan este síndrome autores como Constantinidis, Mitsuyama, Neary, un autor que por la mayor importancia de la ubicación de las lesiones que de su histología, agrupó estas demencias bajo el epígrafe global de demencia frontotemporal (10), Knopman, Brun, Gustafsson, Kertesz..., y la confección de consenso de criterios clínicos y neuropatológicos de la demencia frontotemporal por el grupo de Lund y Manchester(11).

            De los síndromes focales, aislados, selectivos, uno por cada función afecta, se pasa a agrupar este conjunto de degeneraciones y lleva a proponerse el término general de “complejo Pick”, existiendo defensores de la postura unificadora y también de la postura individualizadora. Cuando se utilizan técnicas genéticas, inmunohistoquímicas y de biología molecular, se pueden distinguir entidades morbosas claramente diferentes, morfológicamente distintas, aunque clínicamente pueden ser indistinguibles. La base neuropatológica más común de estos síndromes, es la degeneración tipo frontal, con pérdida neuronal y microespongiosis.

            Un primer hallazgo novedoso viene de la genética y su estudio de las formas familiares. Hay que citar que además de las formas familiares antes comentadas, asociadas al cromosoma 17, designadas con el acrónimo, que también se conocen familias con DFT y evidencia de un ligamiento a otro locus, en este caso situado en el cromosoma 3. Pero la mayoría de familias ligan con el locus de la DFTP-17, que ha resultado ser el del gen de la proteína tau. Existen otras enfermedades neurodegenerativas en las que ha podido demostrarse la existencia de una disfunción de la proteína tau, agregada en forma de ovillos neurofibrilares y anormalmente fosforilada (hiperfosforilada), anomalía que presumiblemente conduciría, contribuiría o marcaría la muerte neuronal. A nivel genético existe heterogeneidad, de locus o alélica. El aspecto novedoso más reciente viene de la biología molecular. En distintas enfermedades neurodegenerativas, junto con la detección de aspectos clínicos, histopatológicos o bioquímicos, comunes en enfermedades hasta ahora consideradas como muy distintas (enfermedades de Alzheimer, Parkinson, DFTP-17, PSP; DCB...) se ha comprobado la existencia de un metabolismo anormal de la proteína tau. Se postula que estas anormalidades conducen a la sobreproducción de isoformas tau de citoesqueleto neuronal, con alteraciones del metabolismo de los microtúbulos neuronales, y todas estas entidades han sido agrupadas como tauopatías, un nuevo grupo de enfermedades neurodegenerativas esporádicas o hereditarias definido por estas anomalías comunes en la biología molecular.

NEUROPSICOLOGÍA

            Los lóbulos frontales pueden dividirse en varias unidades anatómicas, cada una de las cuales tienen conexiones diversas y diferenciadas con otras áreas corticales y subcorticales, que pueden ser uni o bidireccionales (12).

            La corteza frontal, se divide en tres grandes áreas: corteza motora, premotora y prefrontal. Las dos primeras se asocian con funciones motoras. Es la corteza prefontral el sustrato anatómico de la degeneración frontotemporal. A su vez, se dividen en otras áreas: dorsolateral (externa), frontomedial y orbitofrontal o ventral. De nuevo en estas zonas se identifican aferencias corticales y subcorticales.Una focalidad prefrontal da lugar a un síndrome disejecutivo, con alteración de la planificación, la toma de decisiones y la capacidad de juicio. La apariencia clínica ya conocemos que varía en función del área predominantemente afecta:En caso de predominio dorsolateral, encontraríamos alteración de capacidades ejecutivas, concretamente alteraciones de la iniciación, organización, y ejecución de las actividades de la vida cotidiana; alteración de la capacidad de juicio, del sentido común; irritabilidad, inercia y apatía.En caso de predominio orbitofrontal, la afectación fundamental es la de la organización del comportamiento, encontrándonos con cambios emocionales, agresividad e hilaridad.En caso de predominio mesial predominan la hipocinesia y apatía, pudiendo llegar a una acinesia y mutismo; asimismo, incapacidad de atender a diferentes estímulos al mismo tiempo y alteración del pensamiento abstracto, con incapacidad para resolver problemas: negligencia, impersistencia y perseveración.

            Aparte de focalidad prefrontal, puede existir un predominio focal. El más notable es le predominio frontotemporal izquierdo perisilviano, manifestado por una llamativa forma focal de DFT, la  afasia progresiva primaria. La afectación temporal bilateral o de predominio en la porción posterior temporal izquierda se manifiesta como demencia semántica, como la anterior, ya comentada. La afectación con predominio perirrolándico (frontal y parietal anterior) dando lugar a una presentación clínica indistinguible de la degeneración corticobasal.

            En general hay cierta relación entre expresión clínica y topografía lesional. Si la afectación es más izquierda, domina la alteración disfásica; si es derecha, la compulsión y desinhibición; si es frontal la apatía y si es temporal la euforia. Frontal izquierdo es afasia no fluente, aislamiento, depresión, ideas de culpa; frontal derecho, desinhibición, infantilismo, hipercriticismo, mala conducta; temporal izquierdo, afasia y alexia semántica; temporal derecho, afectividad bizarra, estereotipias, hiperoralidad (13).

CLÍNICA 

           El comienzo típico es en edad presenil, cuarta a sexta década de la vida, aunque puede comenzar en cualquier edad de la vida adulta. Dura la enfermedad entre 3 y 17 años, con un valor medio de 8 años, algo menor que en la enfermedad de Alzheimer.

            El inicio es insidioso y de evolución lentamente progresiva, y caracterizado por un trastorno de conducta precoz. Perturba notablemente la vida familiar y el trabajo, siendo esto más que el deterioro cognitivo el motivo de consulta. Las anomalías, como seguidamente se desglosa, alcanzan todo el rango posible de alteraciones del comportamiento.

            Se comporta de forma irresponsable, con demostraciones de escasez de juicio y sentido común y se ve al afecto como incapaz para adecuar su conducta al entorno. También existe una pérdida de autoconciencia e “insight”. En la relación interpersonal inespecífica, notablemente hay alteración de empatía: conducta descortés, broncas inadecuadas, robos y agresiones.

            En los aspectos de autocuidado personal, también existe alteración, con abandono de la higiene personal y del cuidado del vestido. La alteración conductual alcanza también a la esfera sexual, donde puede existir desinhibición y aumento de la demanda sexual o, en otras ocasiones, también al contrario desinterés.
            En cuanto a la alimentación, la alteración más destacable es la de los hábitos de comida, generalmente asumiendo conductas repetitivas, rutinas y rituales.            Es destacable la dependencia de estímulos. Normalmente existe una tendencia incontrolable a responder ante los estímulos del entorno. Son típicas las conductas de uso o utilización, aunque muchas veces se le ve utilizando los objetos de forma improcedente (13,14).

            En cambio, los trastornos cognitivos son escasos en las fases iniciales. Entre las manifestaciones clínicas de tipo cognitivo, destacan las manifestaciones prefrontales:            En primer lugar, debemos mencionar las dificultades en las respuestas que requieran planificación, organización, estrategia, secuenciación, abstracción y flexibilidad mental. Al afecto le cuesta mantener la atención, se muestra con una atención lábil y con fácil distractibilidad (15) Son características las respuestas perseverativas.

            Anteriormente se refirieron las alteraciones del lenguaje, en la descripción de síndromes focales. En resumen, en la DFT la alteración es fundamentalmente de los aspectos expresivos, con pérdida de fluidez, tartamudeo, logoclonías, tratándose de un lenguaje muy pobre, concreto y repetitivo. En las pruebas de fluidez verbal, característicamente rinde mal en el FAS. La repetición se conserva hasta fases avanzadas, lo que da lugar a ecolalia y palilalia; también suelen encontrarse hipofonía, aprosodia y mutismo. La comprensión en cualquier caso parece estar poco afecta(16,17).

            En el área de la memoria, ésta está alterada en menor medida y más por problemas de inatención y desinterés que por defecto de fijación y recuperación. La memoria de trabajo resulta comparativamente más afectada que la episódica.

            Son frecuentes los trastornos afectivos o emocionales. Los más usuales son la depresión y la ansiedad. Tampoco son raros los trastornos psicóticos, como alucinaciones o ideas paranoides y en ocasiones se llega a configurar un genuino síndrome de Klüver-Bucy.

            Dentro del cuadro clínico puede haber trastornos neurológicos convencionales. Comúnmente tras varios años de evolución puede hacerse evidente un parkinsonismo, en el que es típico describir la existencia de apraxia de la apertura palpebral. Pueden obtenerse reflejos insólitos, como el de prensión, o el del hociqueo, también el palmomentoniano y el pólipomentoniano y en fases avanzadas rigidez y acinesia. En contadas ocasiones se hacen evidentes los signos de enfermedad de neurona motora.

            Las funciones mejor preservadas son  la orientación temporoespacial, la memoria autobiográfica y el aprendizaje; también el cálculo y el razonamiento simple, las gnosias y habilidades perceptivas, el reconocimiento, y las praxias gestuales manipulativas (gestos) y visuoespaciales (constructivas o del vestirse)(1,18).

EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS

            No existen marcadores biológicos que permitan diagnosticar la DFT.

            El electroencefalograma permanece dentro de la normalidad hasta fases finales, lo que puede ayudar en ocasiones en el diagnóstico diferencial de la enfermedad de Alzheimer en la cual se enlentece el trazado desde fases no avanzadas.

            En cuanto a la neuroimagen estructural, en la imagen por resonancia magnética se suele evidenciar atrofia progresiva de lóbulos frontales y/o temporales anteriores. La atrofia hipocámpica con preservación del lóbulo medial caracterizaría la DFT, frente a la enfermedad de Alzheimer en la que ambas estructuras están atróficas. Además de la atrofia, que refleja los hallazgos histológicos, también se encuentran comúnmente alteraciones de señal de predominio periventricular frontal, aunque se pueden ver en toda la sustancia blanca frontotemporal. La relevancia de este hallazgo particular de alteración de señal periventricular puede ser debida a sesgos en la selección de casos, de todas formas (19).  La TAC es de escaso interés, comparativamente.

            En la neuroimagen funcional (SPECT y PET) se ha descrito la observación en fases clínicamente bastante precoces de imágenes que sugieren hipoperfusión o hipofunción selectiva, no siempre simétrica, de las regiones anteriores (frontal y temporal), y de las regiones de la línea media a diferencia de la enfermedad de Alzheimer. Las posibilidades de la neuroimagen funcional con RM están todavía en desarrollo (20-22).

NEUROQUÍMICA

                El sistema colinérgico no resulta especialmente afectado en la DFT. Los niveles de colina acetil transferasa y acetilcolinesterasa corticales son normales. Los receptores serotoninérgicos y glutamatérgicos se encuentran disminuidos en áreas corticales atróficas. Los niveles de dopamina pueden estar disminuidos en estriado, pero como norma resultan normales en el córtex (13).

NEUROPATOLOGÍA

            En el análisis anatomopatológico macroscópico, el hallazgo fundamental es la atrofia. La atrofia lobar es la característica más llamativa. La asimetría es la norma en las fases iniciales. En la evolución, por lo general resultan los dos hemisferios afectados, y con el tiempo la variación se iguala y termina con pocas diferencias interhemisféricas. La atrofia de la enfermedad de Pick es severa y circunscrita. En otros grupos histológicos es más variable. Afecta a ambos lóbulos frontales, a los dos temporales o a ambos. La atrofia afecta a la sustancia gris y blanca, más acusada en regiones prefrontales y polos temporales (parte anterior) con límites a veces muy netos. También se puede manifestar en regiones parietales (parte anterior), estriado, tálamo, amígdala e hipocampo.             Resulta destacable la preservación de la circunvolución temporal superior así como del caudado y el tronco del encéfalo, y hay que mencionar que en algunos casos se encuentra hipopigmentación de la sustancia negra, lo que ocurre consistentemente en la histología tipo degneración corticobasal (23).

            El análisis histopatológico microscópico describe varios patrones característicos posibles. Vamos a describir tres, la degeneración del lóbulo frontal o demencia sin histología distintiva, el tipo Pick y la DFT asociada a enfermedad de motoneurona. Algunos autores describen más patrones distintos (23).

            El primero de estos patrones histológicos, llamado tipo degeneración del lóbulo frontal, o demencia sin histología distintiva, muestra macroscópicamente  una atrofia en lóbulo frontal, parte anterior del temporal y también en la parte anterior del lóbulo parietal. En cuanto a los aspectos microscópicos, la pérdida neuronal es más marcada en las capas superiores (I a III). Estas capas también demuestran un grado de espongiosis. También se encuentra astroacitosis reactiva.  La sustancia blanca del centro oval suele encontrarse discretamente desmielinizada y gliótica. No se han descrito inclusiones celulares inmunorreactivas frente a anticuerpos antitau o antiubiquitina (24).

            El segundo patrón histológico, llamado tipo Pick, muestra pérdida neuronal en el córtex cerebral con proliferación astrocitaria y gliosis. La alteración alcanza la sustancia blanca, y también el sistema límbico y los núcleos grises subcorticales. Son típicas las inclusiones redondas y argirófilas llamadas cuerpos de Pick en las células supervivientes, poco visibles en las tinciones de hematoxilina eosina pero más visibles en las de plata como la de Bielchowsky. Pueden distinguirse de las inclusiones de la degeneración corticobasal en que no se tiñen con la técnica de Gallyas-Braak y es constante su presencia en la circunvolución dentada. Las células de Pick son descritas como neuronas acromáticas, células globulosas y redondeadas, con citoplasma dilatado, detectables por su argirofilia y eosinofilia o pérdida de basofilia (11,23). Estas inclusiones son inmunorreactivas frente a anticuerpos anti- ab-cristalina. Ultraestructuralmente son acumulaciones de filamentos de 15 nm de diámetro, junto a otros filamentos pareados de variable diámetro. Inmunocitoquímicamente son cuerpos inmunoreactivos para epitopos de neurofilamentos fosforilados de mediano y alto peso molecular en los cuerpos de Pick. Las neuronas abalonadas presentan el mismo tipo de inmunoreactividad (24). Cuerpos y células de Pick son inmunorreactivos para epitopos frente a tau, ubiquitina y proteína asociada a microtúbulo tipo 2 (MAP-2). Los estudios inmunohistológicos con tinciones para la proteína tau, ubiquitina y alfabeta crislina permiten distinguir uno de estos tipos de DFT(tabla 1). En el examen bioquímico del depósito tau manifiesta 2 formas de 55 y 64 kDa que contrasta con la presencia de 3 bandas de 55, 64 y 69 kDa en la enfermedad de Alzheimer y 2 bandas de 64 y 69 kDa en la parálisis supranuclear progresiva (tabla 2) (24,25).

              La DFT asociada a enfermedad de neurona motora, se reconoce desde los años 30 y fue redescubierta en los años 70 en Japón y países occidentales (7,26). Macroscópicamente la atrofia es más bien frontal que temporal, así como degeneran, ya entrando en aspectos microscópicos, núcleos motores como el núcleo hipogloso, de la sustancia negra (en muchos casos) y de las motoneuronas de las astas anteriores espinales, especialmente en los segmentos medulares cervical y dorsal. Existe pérdida neuronal, espongiosis de las capas altas y astrocitosis reactiva. Inmunohsitoquímicamente existe pérdida de neuronas inmunorreactivas para la calbindina D28K en las capas II y III. Se detectan inclusiones neuronales intracitoplásmicas, que en este caso no son argirófilas. Estas inclusiones muestran inmunorreactividad para ubiquitina pero no para tau, y tampoco para a-sinucleína. Se encuentran especialmente en neuronas superiores de la corteza frontal (capa II) de la circunvolución dentada del hipocampo. También están presentes en las células supervivientes del asta anterior medular. Estas inclusiones no están presentes en la enfermedad de neurona motora sin demencia, pero pueden verse en determinados casos de demencia sin enfermedad de motoneurona.

CONCLUSIONES 

           Cuando se habla de degeneración frontotemporal en sentido de entidad clínica, ésta se refiere a un síndrome clínico que presenta una combinación variable de trastorno del comportamiento y un déficit del lenguaje progresivo, comúnmente de presentación presenil (27,28).  Una posibilidad clínica llamativa es la presentación como afasia progresiva primaria, un trastorno selectivo del lenguaje, que persiste aislado durante un tiempo variable. Genéticamente la degeneración frontotemporal está asociada con el gen de la proteína tau, en el cromosoma 17q21-22 (8,29-31). Otra posibilidad clínica remarcable es la posible asociación con la enfermedad de motoneurona, que tiene una apariencia histopatológica característica. La neuropatología de la degeneración frontotemporal tiene un aspecto macroscópico bastante homogéneo, pero microscópica e inmunohistoquímicamente presenta variables. Las manifestaciones clínicas, como los aspectos patológicos macroscópicos, son relativamente homogéneas y varían fundamentalmente en relación a los predominios topográficos de afección, y no con las variantes histopatológicas que hemos visto que son muy relevantes (32,33).El diagnostico de la DFT se apoya fundamentalmente en primer lugar con la historia clínica, en segundo lugar se puede apoyar en la neuroimagen funcional y estructural y finalmente contando con los criterios de diagnóstico clínico de consenso internacional de 1998 (tabla III).


Tabla I.-Algunas diferencias inmunohistoquímicas entre las demencias degenerativas corticales (modificado de 25).

Tipo de demencia

Lesión típica

Suero anti-tau

Suero anti-ubiquitina

Enf. de Alzheimer

Ovillos neurofibrilares

+

+

DFT tipo Pick

Cuerpos de Pick

+

+

DFT tipo “frontal”

 

-

-

Demencia y ENM

Inclusiones intraneuronales

-

+

Deg.  Corticobasal

Inclusiones intraneuronales

+

-


Tabla II. – Polipéptidos de la proteína tau observados en las demencias degenerativas corticales (tomado de 25).

 

Demencia

55 kDa

64 kDa

69 kDa

Enfermedad de Alzheimer

+

+

+

Complejo ELA-Parkinson –demencia de Guam

+

+

+

Enfermedad de Pick

+

+

-

Degeneración corticobasal

-

+

+

Parálisis supranuclear progresiva

-

+

+


Tabla III. Criterios para el diagnóstico clínico de la demencia frontotemporal (25)

  • I.                   Criterios esenciales

a)inicio insidioso y progresión gradual

b)trastorno precoz de la conducta social de relación interpersonalc)alteración precoz de la autorregulación cuantitativa de la conducta personald)superficialidad e indiferencia emocional precocese)anosognosia precoz

  • II.                Manifestaciones que apoyan el diagnóstico

a)comienzo antes de los 65 años

b)antecedente familiar de un trastorno similar al menos en un familiar de primer grado.

c)trastorno de conducta:

            1.Deterioro en el cuidado y aseo personales

            2.Inflexibilidad y rigidez mental

            3.Distractibilidad e impersistencia

            4.Conducta hiperoral y cambios en la conducta alimentaria

            5.Conducta estereotipada y perseverativa

            6.Conducta de utilización

d)alteraciones del habla y del lenguaje:

            1.Alteraciones en la faceta expresiva: *pérdida de espontaneidad y concreción del lenguaje *habla entrecortada.

                        2.Lenguaje estereotipado

                        3.Ecolalia

                        4.Perseveración

                        5.Mutismo tardío

e)signos físicos:

                        1.Reflejos de desinhibición cortical

                        2.Incontinencia urinaria

                        3.Parkinsonismo

                       4.Presión arterial baja y lábil

                        5.Enfermedad de neurona motora.           

f)pruebas complementarias:

                        1.Neuropsicología: alteración intensa frontal

                        2.Electroencefalograma normal en estadios avanzados

                        3.Anormalidad funcional o estructural de predominio frontal o temporal polar.

  • III.             Aspectos que excluyen el diagnóstico

a)aspectos clínicos:

            1.Inicio brusco, deterioro agudo, deterioro episódico

            2.Traumatismo craneal previo próximo al inicio de la clínica

            3.Trastorno de memoria intenso en fases iniciales de la demencia

            4.Desorientación espacial

            5.Logoclonías y pérdida rápida de la cadena de pensamiento

            6.Mioclonías.

            7.Debilidad corticoespinal

            8.Ataxia cerebelosa

            9.Coreoatetosis

b)pruebas complementarias:

            1.Alteración funcional o estructural fundamentalmente postrolándica

            2.Lesiones multifocales en neuroimagen estructural

            3.Indicadores paraclínicos de afectación cerebral secundaria.

  • IV.              Datos de exclusión relativa.

a)alcoholismo crónico

b)hipertensión arterial de larga evolución

c)antecedentes personales de enfermedad vascular.


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Brain Pathology Volume 8 Number 2 April 1998 - Non-Alzheimer Degenerative Dementias Texto completo libre de número monográfico.